El domingo pasado me di uno de los mejores regalos de cumpleaños que me pueda haber dado: terminé la terraza en el patio de casa. Hace unas tres semanas empezamos a construirla con la ayuda de mi padre y el voluntarioso vecino de al lado, John. A los que nunca han emprendido tamaña empresa les digo: prepárense para trabajar como burros y a afinar la vista para sacarse las astillas qué, como puerco espín, van clavarse por todos lados. Claro, yo soy uno de esos ratones de biblioteca que prefieren ocupar el tiempo leyendo o escribiendo que a cualquier otra actividad física. Lo del gimnasio es una necesidad de salud y ni modo, hay que hacerlo, pero lo demás, se lo pueden guardar, gracias. Para mi sí fue trabajo de burros. Cómo será la cosa que, aunque siempre fue un proyecto inmediato de apenas habernos mudado, me tomó casi ocho años de vivir en nuestra casa para decidirme a construirla… No, si el que es vago, es vago con ganas.
A pesar de todo, se rescatan muchas cosas del proceso de construcción. Una de ellas es el haber trabajado junto a mi padre por una buena parte de la construcción. Con el viejo somos como dos capitanes en un buque, una imposibilidad práctica y conflictiva –los dos
tenemos un caracter de mierda y a la hora de seguir instrucciones, los dos cuestionamos todo…–, pero eso sí, es algo bien pintoresco. Viéndolo de afuera es como para matarse de la risa. Ahora pienso y me río de la cara de John, oyéndonos discutir en español, el pobre no entendiendo ni jota, pero asintiendo en algunas ocasiones. Luego le traducía algunas de las conclusiones y parecía quedar satisfecho. Estoy seguro que en varias ocasiones habrá pensado que eramos un par de locos –algo no muy lejos de la realidad, por supuesto. Pero sí, es lindo trabajar con el viejo. La vida es corta y lo único que uno se lleva al hoyo, salud mental mediante, son los recuerdos. Lo lamentable fue que mi padre se lastimó la espalda al pisar mal en uno de los hoyos que nuestra queridísima perra pastor alemán, Iporá, ha salpicado por todo el patio. El lugar parece un campo minado y cuando el pasto tapa algún agujero, ¡zás!, eso es una mala pisada segura. Después de eso no pudo seguir trabajando y la verdad que los tablones de madera tratada pesan como un matrimonio mal llevado.. Lo otro que se rescata son los chistes y las risas de un par de personas, medio dementes, ya de por sí, pero ayudados en su locura por un sol y una temperatura de casi 40C que nos tocó sufrir durante casi toda la construcción de la terraza. El resto de los vecinos estoy seguro que habrán pensado en llamar al loquero para que nos mandaran un taxi. ¿Ir al gimnasio durante la construcción? ¿Para qué cuernos?, si sudábamos más líquido que lo que reponíamos con copiosas cantidades de agua, té y bebidas deportivas. Sin contar que las pesas que hicimos moviendo y levantando algunos de esos tablones son más que suficiente ejercicio. Aun otra cosa positiva es que me tocó trabajar solo algunos días (con la ayuda de Julie algunas veces, encargada de alcanzarme herramientas y a veces algún tablón liviano) y la actividad manual, solitaria, es una oportunidad de intensos diálogos internos. Uno pesa y sopesa muchas cosas de su vida durante esos ratos en los que parece que uno está sumamente concentrado en no martillarse un dedo o taladrarse una mano.
Sea como sea, me queda la satisfacción de que entre todos construímos una terraza muy atractiva y con nuestras propias manos. A John le doy un millón de gracias por su ayuda incondicional, por prestar algunas herramientas, por prestarnos el remolque para ir a comprar la madera y más que nada por ser un buen vecino. A mi viejo por, ¿que más puedo decir?, ser justamente eso, mi viejo y estar allí. A Julie por el apoyo y los garrafones de té helado que nos preparaba y por haber registrado en fotografías el avance del proyecto.
Dense una vuelta por el álbum de fotos.
Ahora me toca, salud mediante, disfrutarlo.
(Las fotos del álbum, con excepción de la última, fueron tomadas por Julie)
Hola, que post tan “apacible”, bella terraza, espero que me invites jaja (gracias por leerme, eres un sol), saludos!
=============
Hola Mariann! Un gusto verte por mi rancho! 🙂 De hecho, est
Que lindo todo lo que han vivido con esta Terraza.
Construcci
Ah no! no te acapares a Marianne q yo tambien tengo terraza jajaaa
Felicidades!
Luego reviso las fotos, tambien las tengo pending en feed.
============
Lo veo y no lo creo…